Prestación por discapacidad infantil de Nueva Zelandia

En la última Encuesta Nacional sobre Discapacidad de Nueva Zelandia, realizada en 2013, se observó que casi 100.000 niños menores de 15 años tenían una discapacidad. A fin de garantizar la seguridad de los ingresos para los niños con discapacidad, el Gobierno de Nueva Zelandia brinda una prestación por discapacidad infantil, cuya administración corre a cargo del Ministerio de Desarrollo Social. Esta prestación se paga cada dos semanas a los cuidadores de los niños con discapacidad en reconocimiento del especial cuidado y atención prestados.

La prestación por discapacidad infantil consiste en una transferencia monetaria no condicionada e independiente de los recursos, que está a disposición de los ciudadanos tailandeses o los residentes permanentes que son los principales cuidadores de un niño con discapacidad. Para poder optar a ella, el niño deberá ser menor de 18 años, además de someterse a una evaluación en la que se determine que precisa cuidados durante al menos 12 meses a consecuencia de una discapacidad grave, El monto de la cobertura no depende de los ingresos ni los bienes del hogar del solicitante y, para el ejercicio fiscal de 2015, se fijó en 46,49 dólares neozelandeses (o 31 dólares) semanales. Además de esta prestación, Nueva Zelandia también ofrece a sus ciudadanos y residentes una prestación por discapacidad basada en los ingresos, que pueden solicitar los cuidadores si el niño tiene menos de 18 años. A diferencia de la prestación por discapacidad infantil, en este caso, la cuantía de la ayuda depende de los gastos reales asociados a la discapacidad, incluidos los gastos de viaje, medicación y especialistas que no están cubiertos por ningún otro organismo. La prestación máxima semanal asciende a 61,69 dólares neozelandeses (o 45 dólares). Ambas prestaciones pueden combinarse. En 2008, más de 43.000 niños se beneficiaban de la prestación por discapacidad infantil. El año siguiente, esa cifra aumentó a 45.000 niños. Más tarde, en 2016, se produjo un drástico descenso del 32 % hasta alcanzar los 34.500 niños, de modo que, a finales de junio de 2016. unas 236.603 personas recibían esta prestación. 

Nueva Zelandia ratificó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en 2008. En conjunto, la prestación por discapacidad infantil y la prestación por discapacidad demuestran el compromiso del país de garantizar unas condiciones de vida y una protección social adecuadas para todos los niños con discapacidad y sus familias. A pesar de su carácter universal, el sistema ha experimentado una serie de dificultades para llegar a las personas más necesitadas. No obstante, estas prestaciones son fundamentales para construir un piso nacional de protección social que facilite el acceso de todas las personas necesitadas, incluidos los niños con discapacidad, a las ayudas económicas.

 

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