La base de datos Data Terpadu Kesejahteran Sosial (DTKS) constituye el registro social utilizado en Indonesia para brindar protección social de tipo no contributivo durante la crisis de COVID-19. Tiene por objeto abarcar al 40 % más pobre de la población a través de un enfoque basado en la demanda. La DTKS está integrada en el sistema nacional de identidad y está estratégicamente pensada para alcanzar a las personas que han caído en la pobreza durante la pandemia.
En respuesta al COVID-19, el Gobierno destinó 203 billones de rupias a las medidas de protección social, lo que equivale al 1,2 % del PIB. De ese modo, la protección social se convirtió en la mayor partida de su paquete de recuperación económica.1 Las medidas adoptadas combinaron la ampliación de los planes no contributivos ya existentes con la creación de nuevos mecanismos temporales. El grado de utilización de la DTKS varió entre los distintos programas (véase el cuadro 1).
Cuadro 1. Utilización de la DTKS en el contexto de las medidas de protección social no contributivas adoptadas para responder al COVID-19
Programa | Número de beneficiarios (anterior al COVID-19) | Número de beneficiarios (ampliación a causa del COVID-19) | Duración | Grupo objetivo registrado en la DTKS |
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Transferencia monetaria condicionada del Programa Keluarga Harapan (PKH) | 9.2 millones | 800,000 | 12 meses | Sí |
Cupón para alimentos Sembako | 15 millones | 5 millones | 12 meses | Sí |
Transferencia monetaria (fuera del área metropolitana de Yakarta) | Programa nuevo | 9 millones | 9 meses, de abril a diciembre de 2020 | Sí |
Cupón para alimentos temporal (área metropolitana de Yakarta) | Programa nuevo | 1.8 millones | 9 meses, de abril a diciembre de 2020 | No |
Transferencia monetaria no condicionada BLT Dana Desa procedente del Fondo de Aldeas | Programa nuevo | 11 millones | 6 meses, de abril a septiembre de 2020 | Aplicadas parcialmente |
Transferencia monetaria condicionada Kartu Praja para los beneficiarios del Programa de Tarjetas de Pre-empleo | 5.6 millones* | Igual que antes, 5.6 millones | Componente de incentivo monetario durante 4 meses | No |
Nota: No incluye otras medidas como los subsidios arancelarios y las obras públicas. * Este programa ya se encontraba en fase de preparación con anterioridad al COVID-19.
Si bien la DTKS se diseñó como el principal canal para llevar la protección social no contributiva a los nuevos beneficiarios, su eficacia no fue uniforme. Aunque el desembolso inicial del componente de protección social fue lento, la utilización presupuestaria aumentó del 31 % en julio de 2020 al 95 % en diciembre de 2020.2 El diseño de nuevas estrategias al mismo tiempo que se ampliaba la cobertura ocasionó una serie de retrasos en la implantación. Si la DTKS hubiera estado mejor preparada, la respuesta habría sido más oportuna. Los principales retos afrontados fueron:
- Calidad de la información: La DTKS se actualizó por última vez en 2015, a pesar de que los gobiernos subnacionales tienen la responsabilidad de actualizarla cada tres meses. Tan solo 113 de los 514 municipios y regencias del país habían actualizado su información con arreglo a las últimas estimaciones.3 A fin de evitar incluir a beneficiarios incorrectos, muchos gobiernos locales tuvieron que actualizar primero la DTKS antes de seleccionar a los beneficiarios.
- Coordinación: La capacidad de coordinar las medidas gubernamentales de protección social se vio limitada por la interoperabilidad del sistema nacional de identidad y la DTKS. Esto dio lugar a la superposición de los beneficiarios de ambos sistemas. La integración de los datos también se vio dificultada por las deficiencias en el flujo de la información proporcionada por los usuarios a la DTKS. Por ejemplo, mientras que en el PKH se utiliza el nombre de la mujer para identificar a los hogares receptores, en otros programas (como Sembako) se utiliza el nombre del cabeza de familia (el cual no se incluye en la DTKS).
- Gobernanza: La estructura de gobernanza altamente descentralizada dio lugar a la fragmentación de los mecanismos. Mientras que la administración de la DTKS corre a cargo del Ministerio de Asuntos Sociales, los gobiernos locales mantienen un sistema de información a nivel de las aldeas (sistem informasi desa, SID), tal y como se dispone en la Ley de Aldeas. Por ejemplo, para administrar el programa temporal Sembako entre 1,25 millones de familias, el Gobierno de Yakarta utilizó los datos recopilados a nivel local en lugar de los incluidos en la DTKS. Tras un análisis pormenorizado, se descubrió que 200.000 de esas familias ya se beneficiaban del PKH y que otras 100.000 podían optar a otros mecanismos, pues ya estaban registradas en la DTKS.4 En consecuencia, el potencial de la DTKS para mejorar la coordinación se vio socavado por la fragmentación institucional.
La crisis de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de actualizar de manera fiable, oportuna y precisa la DTKS. Si bien ya existían procesos de actualización de datos, el cumplimiento por parte de las autoridades locales ha sido desigual debido a las dificultades derivadas de visitar todos los hogares (en especial en las zonas remotas), el elevado costo, la falta de encuestadores cualificados en algunos distritos y el aparente desconocimiento de las distintas prestaciones. Al tiempo que el Gobierno comenzó a promover el proceso de actualización de manera más sistemática en 2021, también es importante contar con la buena disposición de los gobiernos locales, desarrollar su capacidad e incentivarlos debidamente. Además, a fin de mejorar la coordinación de las iniciativas de protección social y reducir la duplicación de los esfuerzos, la DTKS precisará cierta interoperabilidad entre las bases de datos centralizadas de los mecanismos no contributivos y los sistemas descentralizados de información sobre las aldeas. La primera medida para lograrlo será garantizar la interoperabilidad sin contratiempos con el sistema nacional de identidad. Por último, a medida que la DTKS se vaya consolidando, será más fácil responder a las emergencias de forma oportuna si la base de datos está vinculada al registro censal y a las evaluaciones de los daños tras una catástrofe.
Lecturas complementarias:
- Schaefer, M. (2020) "Life or livelihoods? Indonesia’s social policy response to COVID-19" [en línea] https://socialprotection.org/discover/blog/life-or-livelihoods-indonesia%E2%80%99s-social-policy-response-covid-19
- Microsave (2020). "Addressing the impact of COVID-19 on the low- and middle-income segments in Indonesia" [en línea] https://www.microsave.net/wp-content/uploads/2020/07/Addressing-the-impact-of-COVID-19-on-the-low-and-middle-income-segments-in-Indonesia_V4.pdf
- Olivia, S., J. Gibson y R. Nasrudin (2020) "Indonesia in the Time of Covid-19", Bulletin of Indonesian Economic Studies, 56:2, 143-174, [en línea] https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00074918.2020.1798581
- Sparrow, R., T. Dartanto y R. Hartwig (2020) "Indonesia Under the New Normal: Challenges and the Way Ahead", Bulletin of Indonesian Economic Studies, 56:3, 269-299 [en línea] https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00074918.2020.1854079
- Van Doorn, R. y otros (2020) Indonesia Public Expenditure Review: Spending for Better Results: Main Report, Washington D. C., Grupo del Banco Mundial [en línea] https://documentos.bancomundial.org/es/publication/documents-reports/documentdetail/611541588612447572/main-report
- Anam, K. (2020) "Poor Aid Database and Distribution", Tempo [en línea] https://magz.tempo.co/read/cover-story/36647/poor-aid-database-and-distribution
Notas a pie de página: