En 2015, las personas en edad de trabajar representaban en torno al 68,9 % de la población de la República de Chile. En 2010, la participación en la fuerza de trabajo entre las mujeres y los hombres chilenos era de en torno al 47 % y el 74 %, respectivamente, mientras que la tasa de desempleo ascendía al 8,1 %. A fin de salvaguardar la seguridad de los ingresos de este gran grupo demográfico, en 2002 el Gobierno de Chile creó el Seguro de Cesantía con objeto de reducir los riesgos asociados al desempleo y respaldar las estrategias de reinserción profesional. La administración del seguro corre a cargo del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que gestiona el fondo de cesantía y supervisa su aplicación.
Todos los residentes en edad de trabajar pueden contribuir al sistema del Seguro de Cesantía chileno, a excepción de los empleados domésticos, los trabajadores sujetos a contratos de aprendizaje y los trabajadores independientes o por cuenta propia. Quienes cotizan para el Seguro de Cesantía depositan un monto equivalente al 3 % de las remuneraciones imponibles que, en el caso de los empleados con contrato de plazo fijo, es sufragado íntegramente por los empleadores y, en el caso de los demás empleados, se financia de manera conjunta: un 0,6 % corresponde al trabajador y un 2,4%, al empleador. Las contribuciones se depositan en cuentas individuales de cesantía y en un Fondo de Cesantía Solidario, al que el Gobierno de Chile también destina una suma de 8,8 millones de dólares anuales a fin de garantizar una prestación mínima para las personas que cumplen las condiciones exigidas y no disponen de ahorros suficientes en caso de desempleo. Este Fondo de Cesantía Solidario está a disposición de los trabajadores que hayan registrado 12 cotizaciones en los últimos 24 meses anteriores al despido, y las personas desempleadas que cumplen los requisitos tienen derecho a hacer uso del Fondo de Cesantía Solidario dos veces cada cinco años. Las prestaciones mensuales y la duración de los pagos procedentes de la Cuenta Individual de Cesantía se calculan caso por caso, en función de los ahorros, mientras que el Fondo de Cesantía Solidario concede una prestación mensual por valor de 17.338 pesos chilenos, o 35 dólares, durante los tres primeros meses, con rendimientos decrecientes a lo largo del año. A finales de 2007, tras cinco años en funcionamiento, 5 millones de trabajadores contribuían al Seguro de Cesantía chileno.
Tras su puesta en marcha en 2002, el sistema se reestructuró en 2010 a fin de mejorar el acceso a las prestaciones y ofrecer una mayor protección frente a la inestabilidad económica. El Seguro de Cesantía de Chile está diseñado para crear incentivos a favor de la reinserción profesional, ya que las cuentas individuales son propiedad del trabajador y, en consecuencia, proporcionan una red de seguridad social limitada destinada a suavizar los ingresos a lo largo del ciclo de vida. Por lo tanto, el Seguro de Cesantía constituye un avance hacia la creación de un piso nacional de protección social que garantice la seguridad de los ingresos de todos los grupos demográficos en edad de trabajar.
Lectura complementaria:
- Robles Farias (2012), "Sistemas de protección social en América Latina y el Caribe: Chile", Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe, Santiago [en línea] https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4046/1/S2013036_es.pdf [fecha de consulta: diciembre de 2016].